sábado, 31 de agosto de 2013

"Que los lirios no sean cortados"




Percibo la fragancia  de los lirios
en esta noche de tul blanco,
donde las aves emprenden el vuelo
y una pluma
cae sobre mi mano,
en cuyo hueco tengo, para ti, mi voz.

Oh, amor,
que el tiempo no sea tiempo
si ha de pertenecer a la huida de la ilusión.

En esta tierra de cadalsos
corazón pequeño,
y lagrimas en el rostro,
oh, mi dios,
tinaja soy, del néctar de tus labios.

¿Quién puede definir
la palabra que se esconde tras el llanto?

Y el viento barre las huellas de las dunas, en este ocaso.

Libertad, pajarillos de satén
libertad, que el cielo aún no se ha pronunciado
y llevo en mi alma el dolor de aquel, que por niño fue secuestrado,
y amortajado en la noche
con el silencio de la historia,
cuya  memoria, degüella al inocente cordero.

Oh, mi dios, ¿porqué te han expatriado?
y con ello el amor,
y el vuelo de las almas alzado.

Regresaré
sin más ofrenda que el perdón,
regresaré desnuda
con la mirada puesta en la infinitud del ocaso,
ya que el cielo no pide la sangre del corazón,
tan sólo la noche, que no ve, el canto del ruiseñor.

Y tú, tan lejos, tan lejano
a la espera de una luz,
que se derrame en la noche
como el vino de la cepa;
que aun siendo
esta madurando a la espera.

Oh, mi dios,
que los lirios no sean cortados
no, sin antes, conocer el amor.









viernes, 30 de agosto de 2013

 "Plumas de nido"





La vida no es,
un mañana por despertar,
ni un ayer dormido,

la vida es,
un ahora,
con un fuerte latido.

Que canten los niños
y se levanten mariposas
a cada paso del camino.

No temas viejo amigo
que la luna, aún no se ha ido,
y resucitaran las lágrimas
como agua bendita en un suspiro,

porque en su claridad
yo sé,
que aun te sientes vivo.

No me des la espalda
noche de rocío,
que tan sólo quiero esta trova,
para dar amor a un corazón perdido,

que ayer yo fui paloma
hoy las plumas de un nido,
y mañana quien sabe…

pero seguiré llevando
mi corazón encendido,

y sean los trigales, los testigos,
del sol que alumbra el infinito,

que de hojas sé,
perdidas entre laberintos,
y de pétalos silvestres
cantando al aroma de lo vivido.

No temas viejo amigo,
que las olas del mar
hoy, se han levantado como un sentimiento furtivo,
y en tu aura de pescador
los delfines
bailan contigo.




jueves, 29 de agosto de 2013

"Loba"






Futuro, pisada incierta del pasado
que el andante quiere transitar;
látigos de muerte sin preceptos,
corazón que aúlla en la noche.

Lobo solitario
perenne y sagaz en el latido
te enfrentas al arquetipo que muerde.

Yerta voy,
con los ojos vendados,
en esta matriz que despierta el sol
en un mañana inseguro.

Late mi sangre, sin querer los espejos de tu imagen,
no me queda inocencia, en la cicatriz del alma,
sólo la fusta, que clavó el calendario
en sueños de vida, agazapados a la muerte.

Y aquí, sin más ruta que mi propia desnudez,
alzo mi venda
mi sangre bulle.

No soy sueño.
 Quizá una loba que amamanta el amor,
donde el pasado es una quimera,
 apretando el futuro con alambres de espino.
Y sea mi corazón, la flor.

No empuñes contra mí, tu sepultura,
en este baile de danzas,
en mi costado brota la vida.

Ven, pajarillo, ven,
como un lobezno a mi regazo,
expatriado de tu vuelo,
 hagamos el amor en esta guarida,
donde el tiempo implora con lágrimas de sudor
obviar cualquier herida.





miércoles, 28 de agosto de 2013

"Aguja Blanca"







Mi voz, es una voz cerrada
de garganta seca
y tierra arada,

de lágrimas deslizándose por el río,
de hojas que envuelven hazañas,
 del color de tus ojos
de amor y de esperanzas.

Mi sangre es tu sangre
en la primavera verde,
de sauces que se levantan
y de surcos enmudecidos
por las grietas de la palabra.

Mi mirada es una aguja blanca,
que penetra en el corazón
de nieve helada,
y del eco de un aullido
que entre sueños se me escapa.

Mi canto, es un canto
de flor que se alza,
y mis  manos  las trasparencias
de tantas cicatrices
que quisieron ser olvido.

Tus huellas en el campo,
y yo finjo que no te has ido.







"Fue una tarde tímida"







Fue una tarde tímida,
en la que el sol anaranjado,
dejaba caer
lágrimas de luz
sobre tus cabellos,

Y yo,
contemplando aquel rostro de tiempo,
que acariciaba con la mirada
toda mi piel,

sentí,
como llegaban las gaviotas
trayendo la paz en su pico,

a la vez que, 
 las olas del mar latían
como un reloj azul de amor,

y a cada rato me estremecía,
cuando el viento
 se deslizaba sobre mi pecho,

y el sol
 cruzaba el horizonte,
 para decir adiós.

Desde entonces
camino sola,

aún sabiendo,
que un beso me abraza
desde la lejanía de un canto,

que de vez en cuando,
se hace luz,

cuando la tarde es tímida
y mi cuerpo danza para ti.