Cuentos Infantiles

8 Septiembre 2013


DAM, DAM DIM.
Cuento Infantil. (Para los mas peques.)


Crac, crac, crac _ se oye un ruido dijo la mariquita_

Y acercando bien, sus antenas a la tierra, volvió a escuchar crac, crac, crac.





La libélula que pasaba por allí dijo:

_¿Que haces mariquita con tus antenas?

Y la mariquita respondió:

_Se oye un ruido que, sale de dentro de la tierra.

La libélula empezó a reír y le contesto:

El crac, crac, que oyes es el nacimiento de una flor, esta rompiendo la semilla y mañana, habrá una nueva flor, que crecerá con el viento, la lluvia y el sol.






La mariquita impresionada por las palabras de la libélula,  espero toda la noche, a la luz de las estrellas, hasta que, el sol saliera para darle la bienvenida, a su nueva amiga.

Por la mañana, cuando el sol se despertó, saludo a mariquita.

_Buenos días mariquita… ¿te has despertado antes que yo?

¡No! respondió mariquita.  Estoy esperando…pronto va a nacer mi nueva amiga.

Y el sol, empezó a calentar la tierra, para que la pequeña flor, no pasara frío al nacer.




Violeta, la pequeña flor, que  empujaba desde dentro la tierra, empezó a salir, y a crecer con la luz la sol.  Uno a uno, fue desplegando todos los pétalos que tenía. Violeta abrió los ojos, y vio, un precioso valle; lleno de árboles, flores, pájaros, mariposas y muchos animalitos que, ella,  aún no conocía.

Mariquita que, la estaba observando, subió por el tallo Violeta, se acercó a  la hoja, que tenía, más cerca del botón de su cara  y le dijo:

_!Hola Violeta!
 Te he estado esperando toda la noche.


Violeta, todavía un poco confundida y temblorosa,
susurró a su nueva amiga. Bostezando, por el largo sueño que, había tenido dentro de la semilla.

_ Este valle es, como lo había imaginado en mis sueños,
¡quiero recorrerlo todo!







Mariquita se apresuró a complacer a su nueva amiga, la pequeña y bella flor, violeta.
Levantó sus antenas y empezó a emitir sonidos que, el viento dejaba caer, como burbujas incoloras, sobre los otros animalitos del  bosque.

Acudieron a la llamada.
Y se presentó, la esbelta mariposa de alas de colores.
La tímida libélula. El pájaro cantarín. La abeja voladora. El escarabajo parlanchín. Y la pequeña y sonriente hormiga.



Todos los amigos de mariquita, corrieron para conocer a violeta, y ser sus amigos también sus amigos del bosque.

La mariposa, de alas de colores, voló y voló, dando vueltas alrededor de la pequeña flor, recién nacida;  se posó en uno de sus pétalos.

La miró con curiosidad y agitando las alas le dijo:

_Eres tan bonita, como nos ha contado mariquita. Yo siempre estoy volando cerca de aquí, cuando quieras verme, llámame o, silba, y vendré a verte

Violeta quiso mover sus pétalos, como las alas de la mariposa, y salir volando por el valle. Pero no podía hacerlo, porque tenia raíces, dentro de la tierra, y si las sacaba podría morirse.

Violeta se puso muy triste, y empezó a llorar, lágrimas azules que, iban cayendo sobre la hierba verde, cada lágrima que ella derramaba, parecía un beso del cielo. Pero… sus nuevos amigos, no podían comprender porque estaba tan triste, si era, tan bonita.

_Por qué lloras. Le preguntó el pájaro cantarín




Violeta, entre lágrima y lágrima, le respondió:

_Porque no puedo moverme como vosotros, la tierra me coge, y no puedo salir de donde estoy.

La libélula, que era muy lista, no tardó en decirle:

_¡No! Violeta. La tierra no te coge, tú, eres de la tierra, del aire y del sol, y eres una flor  preciosa, que regala la belleza y el perfume a este valle.

Pero Violeta,  seguía triste, porque creía que, no podía hacer nada, al no poder moverse de ese lugar.

El escarabajo, se rasco la cabeza, y muy serio, dio dos vueltas a una piedra redonda, que estaba junto a él, y empezó a pensar…

_¿Como puedo ayudar a Violeta?

Dio una vuelta más, y se le ocurrió una idea. Que a toda velocidad, fue a contarle a Violeta.

_ Como tú, no puedes moverte,  llamaré, a todos los escarabajos del valle, para que vengan,  canten y bailen para ti.






El escarabajo llamó a todos sus amigos,  y todos los escarabajos empezaron a correr, a bailar y a cantar para Violeta.

La pequeña flor,  empezó a reírse y quería bailar como los escarabajos. Pero tampoco podía hacerlo, y  de nuevo, se puso muy triste.

La abeja, no podía consentir que Violeta estuviera triste. Respiro hondo, agitó las alas, y voló hasta el centro del pétalo más grande, que tenía Violeta, y de donde surgían lágrimas y lágrimas azules.  
Se acercó sigilosa y empezó a hacerle cosquillas, tantas cosquillas que Violeta empezó a reír de nuevo.

La abeja orgullosa de su hazaña, le susurro a la pequeña flor:
_ Eres, una hermosa flor, y mis amigas y yo, vendremos para rascarte la nariz,  hacerte cosquillas,  y con el polen del botón de tu cara haremos mucha miel.

Violeta se quedo pensando, y empezó a sentirse feliz, porque comprendió que, ella también era muy importante en ese valle.




El viento, que lo había escuchado todo, y permanecía suave, con su mejor brisa, se acercó a Violeta, y acariciando sus pétalos, le propuso:

_Pequeña flor, he oído que, te gustaría bailar…
¿quieres bailar conmigo?

Violeta que, se sentía feliz, porque sabía, que era importante, para que las abejas elaboraran la miel. Miro al viento, y con un suspiro de perfume azul, le respondió.

_Me gustaría bailar, pero no puedo hacerlo, porque  soy una flor  y no tengo pies.

El viento asintió con su larga melena de brisa, pero…con una sonrisa de silbido, balanceo la cabeza de un lado hacia el  otro, diciéndole que, no.

_Te equivocas Violeta.
 Silbaré, me acercare a ti, y juntos bailaremos.

DAM, DAM, DIM,
 El viento silbaba y Violeta bailaba.

DAM, DAM, DIM,  Violeta podía bailar con el viento, y se sentía muy feliz.

Cuando llego la noche, mariquita dijo a su amiga la flor:

_No he dormido en toda la noche, esperando a que nacieras. Y me gustaría dormir en una cama blandita. ¿Puedo subir hasta una de tus hojas ?




Violeta, que sentía feliz, por formar parte de aquel precioso valle,
le contesto:

_ Sube hasta una de mis hojas, la más blanda y empieza a soñar.

Y mariquita,  así lo hizo, se desnudó, y dejó los topos negros en una de las hojas, hasta que el sol saliera de nuevo y volviera a vestirse, con su traje de fiesta.

Violeta, cruzó dos de sus hojas,  y empezó a mecer a mariquita a la luz de la luna.

DAM DAM DIM,
 duerme mariquita.

 DAM DAM DIM,
duerme, que mañana, vendrá otro día feliz.


 *Moraleja: Todos servimos para algo indispensable en este mundo.
Ser uno mismo, es hallar la plenitud.

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