miércoles, 26 de marzo de 2014

"Infancias perdidas"






Colgaba austera la noche
suspendida en un fanal de luz tenue.

La vida pasaba por algún reloj inexacto
y la bruma del océano
ocultaba el azul, en el iris inocente de los niños.

Vagué,
por mundos inconexos en el latido del amor,
y vi las alas perforadas
de alguna ilusión que sangraba.

Lloró la quebrada
en algún reglón, que encriptaba sollozos.

La justicia ciega
adelantaba su paso, hacia el abismo de la vida.

Nunca supe, mi Dios,
porque aquellas mariposas
de alas perfiladas en la inocencia cristalina de sus ojos,
eran desterradas del Santuario de la Tierra
y en su espalda
quedaría grabada la huella
del alma errante, en busca de algún paraíso.

Quise entenderte, mi Dios,
pero mis ojos ciegos
no pudieron escucharte.





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