Hace tiempo que el viento
ronroneaba en el mar profundo del corazón,
y las aves emigraban hacia un universo abierto.
Quizás el tiempo,
fue el cristal de una mirada
y la rotura de la eternidad,
haciendo que florecieran las almas sobre la tierra de este
mundo.
Aunque nunca sabré
si mi olvido fue voluntario,
o la chispa de un sentimiento, para reencontrar las aguas de
tu corazón.
Nunca sabré,
si este beso ha sido el primero,
pero si sé,
que a pesar de ser nuevo, lleva la esencia antigua de tu
alma
y el color penetrante de tu mirada.
Ahora,
que el tiempo se detiene en el canto matinal de un pájaro,
Dime amor,
si soy la ensoñación
que nace y brota en el latido de tu corazón.
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