Pisamos las fronteras
levantando muros de inconsciencia
y agita el viento las hojas
que duermen bajo la higuera.
Indulta el mundo la sinrazón
con espadas y rosas venideras,
allí donde el ocaso se estremece
nace la inocencia.
En mi cadalso llevo las riendas
de mi alma dorada en esta tierra,
que el viento agita las olas
que duermen bajo mi esfera.
¿Cuéntame niño, dónde quedó tu inocencia?
En el viento que agita las hojas
que duermen bajo la higuera.
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