sábado, 28 de junio de 2014

"No importa cuánto crezcamos."





El sol ha despuntado con los primeros rayos del sol,
desnudando la noche
y acariciando el viento que se lleva aquellos pasos de la infancia,

donde el corazón es la sangre que late,
al igual que una mariposa roja
y la memoria
un espejo que no sabe de tiempo
y sí de recuerdos.

Porque un día fue
un instante eterno,
en  aquellos ojos de paloma blanca
que miraron más allá del horizonte.

Sabiendo
que la piel es agua
y el espíritu fuego,
y  no hay nada que detenga la libertad del ser.

No importa lo mucho que crezcamos,
 el mundo rueda en el vacío de la mano
y  antes o después
el amor será,
como un reloj de arena
donde cada minuto cuenta
y cada sonrisa es un vuelo en el universo.

Y yo
que más da,
si sé
o no sé,

lo  importante es que el amor es un abrazo,
 nace cuando naces
pero no muere, con el  último adiós,
se va con el alma
en las blancas alas de paloma.

 Al amor
no le importa cuánto crezcamos,
él, crece siempre en nuestro interior.






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