A menudo
el tiempo es una hoja,que
se marchita entre los dedos,
y a lo lejos,
una fuente de amor
en esa primavera, que nunca muere,
esa flor
que abre los pétalos y vuela
como un pajarillo
que no sabe de horizontes,
y sí, de lluvias.
A menudo,
el corazón
es un canto de libertad,
que no entiende de ayer,
y camina sin rumbo
con una sola esperanza,
llegar a esa estrella,
donde su luz es
un espejo del mundo y su equipaje una maleta vacía,
que paso a paso llena con ilusiones,
y es que, a veces,
el tiempo sólo es, un reloj
que el alma cubre con arena,y algún que otro adiós,
porque soy por ser,
eso
que tú, de mí deseas.
Y a menudo
sé, que soy tú,
porque ambos somos, la luz y la estrella.
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