Cuando el cielo, convoca una lluvia de estrellas
y el río emana flores hacia mi jardín,
entonces, pienso en ti,
como el ocaso abraza la noche
y el trigal de seda, crece en líneas hacia el infinito.
Desde mis ojos
no hay más luz,
que tu alma de madrugada,
y correré como el viento
para alcanzar una sola idea,
y posaré,
sobre el cristal de la nieve blanca
un beso de ausencia, que
mi corazón con latidos de sangre
esboza en un verso inacabado,
porque tú, virarás hacia lo no terminado
y allí estaré yo,
esperando...
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