Yo no sabía que...
Al volver la primavera
con el verdor de las hojas
respiraría un nuevo mundo,
y
cada una de las flores
fuera un alma salvaje,
para recordarme
la libertad de un vuelo,
y es que, a veces,
alguna lágrima perdida
nos hace olvidar, la luz
que late dentro de nuestro corazón.
Con frecuencia
el amor penetra
como una criatura salvaje e inocente
de mirada clara,
sabía,
con hermosas alas de águila,
y el sentimiento planea
como el viento sobre la aurora,
como aquel arroyo
que moja,
las raíces hundidas en la tierra,
alimentando
todo espíritu de vida.
Yo, no sabía que...
todos los días fueran,
la imagen perfecta
de un nuevo nacimiento,
y todos los cantos
que se diluyen en la tierra,
fueran estrellas en el firmamento.
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