No hay horas
de reloj en esta noche,
tan sólo
un farol de luz tímida,
y sombras que se alejan,
porque una mirada,
desnuda.
Quiero tomar
todo el firmamento, ese,
que has sembrado
tan dentro de mí,
del que estoy prisionera,
y del que no hay luz, que
no sea un aliento
no sea un aliento
y un río salvaje entre las formas,
ese, que tú,
peregrino de mis sentimientos,
has sabido entregarme
como un santuario.
Y no quiero pensar...
si el tiempo son horas o estallidos,
si es lluvia o, ternura,
si es amor
o, tus ojos acariciando mis senos,
tan sólo,
quiero sentir
este momento,
y agotar la eternidad
como un vuelo que se rompe dentro de mí,
y no ser nada,
tan sólo,
un cabello más de tu pecho
y la sangre que vibra en tu cuerpo,
ahora que, todo es, una mirada
y un beso de hojas blancas,
y no hay noche,
lo sé,
porque el cielo
se ha hecho sábana entre mis dedos,
y tu nombre
besa mi espíritu, que
duerme junto a ti.
Y si algún día,
soy un camino perdido,
recuérdame,
que tú,
me has amado
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