Te encontré en el llano de la vida
donde el calor, se funde con la nieve de tantos días,
y correré,
en pos de esta lágrima de Dios, que ha visto nacer el mundo.
Porque la nada se ha agitado
como se agitan los vientos,
y todo queda en la premura de las hojas que gritan ¡alcémonos!
No hay raíz sin abismo,
ni mirada del alma sin cuerpo.
Digamos,
di,
¡ven!
a este lado del hemisferio
donde la luna es sol en el viaje eterno.
Porque antes de nacer y antes de morir
quiero ser,
lo que siempre fui.
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