domingo, 3 de noviembre de 2013

"Digamos, di, ¡ven!"



Te encontré en el llano de la vida
donde el calor, se funde con la nieve de tantos días,
 y correré, 
en pos de esta lágrima de Dios, que ha visto nacer el mundo.


Porque la  nada se ha agitado
como se agitan los vientos, 
y  todo queda en la premura  de las hojas que gritan ¡alcémonos!

No hay raíz sin abismo, 
ni mirada del alma sin cuerpo.

Digamos,
di,
¡ven!

a este lado del hemisferio
donde la luna es sol en el viaje eterno.

Porque antes de nacer y antes de morir
quiero ser,
lo que siempre fui.









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