Cuando las palabras no encuentran un espacio fértil en el corazón
y el corazón
es un cristal que rompe, rasgando los vocablos del alma,
cuando pisas con pies de plomo
toda esencia bajo tus pies lacerados,
incauto triunfador del dolor
clavando espinas a cada paso,
entonces
yo me izo como el aire
para no ser historia en un tiempo vano,
ni receptor de tu alarido
que concluye en la ceguera, del muerto que aspira la vida.
No , no soy ave de jaula
ni fe de presidio
y aún en el roto de mi alma camino,
sin dar a mis pies la fuerza del plomo
ni a mi corazón el cristal que astilla la mirada.
Por eso
me voy amor, me voy sin más tregua que el olvido
y si algún día danzan las olas
y el jilguero canta tras la lluvia de un cielo encendido
no dudaré en darte mi mano,
si tú, como alma, ya has crecido.
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