viernes, 25 de octubre de 2013

" Donde el viento viaja con el silbido"




De mi luz se descuelgan los faroles de un pasado,
oh, noche inerte, seductora en las calles perpetuas de un latido.

 Soñé  con alcanzar tu resplandor
allí, donde el viento viaja con el silbido
y las estrellas son racimos de amor.

Tal vez, una lágrima inundó mi corazón
que de alas se prestaba a tu dulce canción,
y en tu mirada creí ver, los paisajes verdes del alma,
y quise ser la arena de tu reloj.

Pero tan sólo, el espejo de mi propia percepción soñó,
y quise ver luz, donde sólo había un manto oscuro. 

Cuántas horas han pasado
cuántas alas de mariposa revoloteando,
cuántas lágrimas en la oscuridad de la incomprensión
y cuánta luz soslaya en el alma.

Me adentrarme a tu abismo
portando mi llama
que a menudo sentí por la ráfaga del viento, como se apagaba,
y la huella lacerada  de la noche que ahoga y aturde la mirada
quedó como el señuelo, ahora lejos de mi palabra.

Fui errante y conquistadora,
sin saber,
 que tan sólo la lejanía produce la paz del alma,
por eso, con una lágrima sé,
que nada he de hacer.
La oscuridad de flechas y desamores
 a la vida matan.





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