viernes, 25 de octubre de 2013

"Walkiria"







Llegó  la lluvia con la tormenta arracimada al cielo,
sé, que tenía que vivirlo,
y me sumergí entre las sombras
para levantarme como el fuego.

El trueno marcaba el paso del réquiem nocturno
que se desvanecía 
con la misteriosa luz del rayo.

Nada quedaba en mis manos
y mi corazón ardía
con la llama ensalzada, de la inexistencia etérea
que me daba la vida fuera de esta morada.

¡Oh, alma de las Puertas Celestes!
Pertinaz en la libertad de los sucesos,
fui todo en la consciencia ambigua
que da las formas de la muerte esperada.

Con el grito divino
por la fuerza del espíritu,
fue acogido mi sentir
por los mundos 
de Eliseo y de Isis…

Llegó como la lluvia el amor inesperado
que fluía como el viento
y deshacía los contornos del pasado.

Sé, que tuve que vivirlo,
para salir de mi existencia
con la libertad que se propaga más allá de las estrellas.

Y ser la Walkiria
que rescata mi alma
de las existentes moradas,
para ser, en mi inexistencia
 la orla del tiempo amalgamada a la eternidad
como hija de Eliseo.






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