Nunca supe el color que tenían las horas
cuando la noche desmenuzaba la esperanza,
y forje silencios con palabras,
sin saber, que el rumor de las aguas
cantaban al viento la madurez.
Se han soltado los pájaros con un trino libre,
los oigo, sin mas historia que su benevolencia,
y miro mis pies sumergidos en el río
como una llanto que se evapora,
tal vez las horas
sólo tengan el color,
de mi mirada cuando te invoca.
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