Cabalga con la noche en la crin del silencio,
y una lágrima amorosa mece al mundo
entre flores y riachuelos
lleva en el alma salvaje
la esencia de un corazón,
que late con la fragilidad del gorrión,
se oye su voz cantar
a lo lejos,
la lluvia encarama la humedad de la tierra
y la fragancia existencial
de los árboles, con la flor del fuego danzan con el viento.
Espíritu
voz y artificio,
de las palabras que bendicen los senderos,
y levanta ecos
entre las rocas luminosas del universo,
toda alma es libre,
y todo vuelo
es perfecto,
y yo,
junto al fuego en el gélido invierno,
te recuerdo,
te recuerdo.
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