Que no pase desapercibida
la lágrima que trepa por el universo,
y se encarama en una estrella.
Que no cante el vacío
en las odas de alguna línea figurada
atrapando el corazón
de la inocencia,
Que las manos no caminen en solitario
y tu voz y la mía sean la misma,
porque el mismo sol
nos irradia en cada esquina,
y si tú eres grande,
yo soy ave que vuela.
Que la tierra no sangre con un llanto perdido,
que florezcan las risas entre los arboles amados
y cada fruto sea,
andar con libertad.
Yo existo
porque tú, existes,
y mi canto es, tu canto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario