domingo, 27 de octubre de 2013

"Donde se cruzan las almas"




Ajena a la daga que rompe la vida
enlazo las horas del calendario,
donde tu lágrima, es eco en la voz
que arrulla un paisaje que presiento mío.

El tiempo es una hoja caduca
de ocres otoñales y blancos segunderos
en la franja que arrebata, el paso enrojecido del corazón.

Soy el espejo de tu alma
donde el ave vuela, y con raíces pronunciadas de un  árbol que crece.

Quisiera ser la pauta del silencio que acoge tu esperanza
y la esmeralda que brilla en iris de tu mirada,
mas sé, que no puedo consolar, el dolor que empuja la sangre
y gotea por los caminos golpeando a la mar, en el azul vástago de tus sueños.

Perdido en la frontera donde se cruzan las almas
voy buscándote,
porque sé, 
que a pesar de los pesares, la ceniza envuelve la esencia de aquella canción
que no marchó con los vientos,
y en la lejanía de un astro, resurge como la luz
que espolvorea el polen en la virginidad del sentimiento.

Quiero entregarte, lo que en verdad me pertenece;
el cristal limpio de las palmas de mis manos,
la mirada que aborda la vida en el calendario de mis días,
y el ungüento que cicatriza  heridas.

Frágil soy ante el dolor
por eso, ven y abre mi costado
porque en él, hay tierra del labrador
que hace germinar sobre tu piel
la semilla que encierra el latido.

Quizá, no tengo un nombre
pero sé,
 que soy en la huella descalza,
la desnudez que abriga
la sangre derramada por tu herida.



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